El baúl que traían los inmigrantes era de llamativa artesanía aunque también hubo algunos baúles muy simples y rústicos. Se construían con placas de madera fuerte, semi-flexible y estaban reforzados con delgadas cintas de metal bronceado que se aplicaban transversalmente. Estaban acondicionados con una tapa, a veces plana o sino con una ligera comba, la que se unía con bisagras al mueble que lo integraba.
En su interior, una bandeja de madera se colocaba a unos 15 cm. de su extremo superior. Allí se ubicaban los papeles de familia y algún retrato de los abuelos y debajo, en el espacio que quedaba entre el fondo del baúl y la base de la bandeja, iban los elementos que constituían el pequeño tesoro: mantillas, alhajas, abanicos, libros de rezos, imágenes religiosas, rosarios, ropa, herramientas de trabajo... Generalmente también un arma para defensa de su dueño.
Aquellos baúles eran también muebles en cada hogar y en el caso de un viaje a América se le agregaba la cerradura y una pequeña chapita de metal en la que figuraba el nombre del jefe del grupo familiar.
“MOSTRAMOS PARTE DE LA HISTORIA DE LA FAMILIA DE JUANA”
TIENE 4
TATARABUELOS ITALIANOS Y UN BISABUELO LLAMADO SANTIAGO.
SU NONA PÁNICO LLEGÓ EN BARCO...
HACE POCO REALIZARON ENCUENTROS DE FAMILIA.
En las colonias que formaba subdividió y vendió los lotes, destinó también los solares necesarios para los pueblos que se organizaban en torno a la traza de la plaza principal. Contaba con un instrumento legal de control de las ventas que se realizaban, firmando con los colonos boletos de compra-venta.
La Empresa Colonizadora de Guillermo Lehmann ofrecía a los pobladores la posibilidad de ser propietarios, sin límites máximos en cuanto a la cantidad de tierras por adquirir, pero con la obligación de ajustarse a las cláusulas que se dejaban establecidas en los boletos de compra-venta.
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